Una preocupación muy frecuente en padres y madres con hijos pequeños entre 2 y 6 años de edad, ya que aunque los niños menores de seis años raramente presentan algún trastorno alimenticio como anorexia o bulimia , si presentan una amplia gama de problemas alimenticios en relación a horarios, dietas y contextos que se les imponen desde el mundo adulto.
Cada niño y niña tiene sus propios gustos y hábitos por lo que es difícil llegar a un contexto respecto a lo que es normal en un niño tan pequeño o como manejar las situaciones problemáticas cuando se presentan, hay niños a quienes les da por comer un solo alimento todos los días y luego lo cambia por otro, también hay niños que se niegan a comer alimentos de ciertos colores o texturas, generalmente son costumbres pasajeras.
Los problemas más comunes en esta edad, es que san demasiado selectivos respecto a ciertos alimentos, o de plano que se nieguen a comer o se porten mal durante la hora de la comida, generalmente estos problemas se presentan después de cumplidos los dos años, una vez que se ha reducido un poco su apetito
La mayoría de estos problemas no son muy serios sino hasta después de los tres años.
Si tu hijo(a), no quiere comer a la hora de la comida lo primero que te podemos decir es que no te estreses demasiado si no está comiendo lo que tu consideras una dieta balanceada siempre y cuando esté en su talla y peso y esté activo (a) y sano (a).
Si estás muy preocupado, puedes registrar todo lo que come durante una semana, después consulta si lo que come es adecuado para su edad y confía en lo que el médico te diga.
Puedes también tomar en cuenta estas recomendaciones generales para la alimentación de los niños pequeños.
La primera es que seas muy paciente y evites ponerle demasiada atención a sus hábitos alimenticios recuerda que la atención es un reforzador muy fuerte de la conducta y aunque sea atención negativa puede ser contraproducente ponerle mucha atención cuando come mal, porque puede reforzar el mal hábito además, la idea es que coma cuando tiene hambre y no para darte gusto, para los niños la alimentación también puede convertirse en una herramienta de control de los papás, desde muy chicos los hijos pueden aprender a decir no quiero a la hora de la comida y darse cuenta que los padres se preocupan al escuchar esta frase así que no te enganches con el no quiero y eventualmente le dará hambre, cuando llegue el hambre aprovecha para ofrecerle alimentos sanos que él (ella) disfrute comer aún si no parecen ser balanceados.
Segunda recomendación es darles de comer a ellos solos por un tiempo, sin tanto estímulo hasta que esté listo para comer con los demás, si tu hijo quiere puede acompañarlos un rato en la mesa, aunque el, ella ya haya comido. Si van a comer con toda La familia procura que sea en un ambiente tranquilo y evita las discusiones en la mesa.
Tercera recomendación, observa a qué hora tiene hambre y trata de organizar el horario para que coma a esa hora, trata también que coma en un lapso de no más de treinta minutos, que la comida no esté disponible todo el tiempo y así ella aprenda a aprovechar la hora de la comida, por eso también sería importante evitar ofrecerle alimentos entre comidas.
La quinta recomendación, es servirle alimentos nuevos a tu hijo (a) sin hacer demasiado alboroto cuidando la presentación, trata de servirlos sin hacer mucho teatro, unos cubiertos, un plato bonito y porciones pequeñas, pueden motivarlo (a) a comer.
La sexta recomendación es muy importante, no forces a comer a ti hijo (a) cuándo no quiera hacerlo, recuerdo hace tiempo una señora que me consultó porque su hijo se negaba a comer y ella llegó al punto de meterle la comida a la boca y forzarlo a masticar y tragar, se volvió un momento de mucho estrés para todos y esto como ya dijimos solo empeora el problema, ante todo mantén la calma.
En el caso que tu hijo come lo que tu percibes como muy poco, sirve porciones pequeñas de sus alimentos favoritos, primero concéntrate en que sí coma y ya después podrás concentrarte en que coma balanceado.
Ofrecer a los niños postres para que coman, no es una práctica adecuada y sólo debe reservarse para para una que otra ocasión. Pueden incluso motivarlos con la promesa de participar en algún juego después de la comida, o utilizar platitos de juego, recuerda que las cosas que les presentas a los niños, si son en juego pueden ser aceptadas con mayor facilidad que si son impuestas o forzadas, evita los juegos electrónicos a la hora de la comida, trata de que la alimentación no sea asociada con estos aparatos, que sea un espacio de compartir contigo, de tiempo especial para ellos.
Otra idea, es invitar a tu hijo a participar en la elaboración de algunos platillos cuándo los niños participan cocinando algo se interesan más por probarlo, tal vez esto anime a tu hijo (a) a probar cosas nuevas y encontrarle el gusto a la hora de la comida.
Por último, si sigues preocupado por la alimentación de tu hijo(a), te recomendamos que consultes con su pediatra, él te puede ayudar a identificar si existe un problema psicológico y si debes consultar con un terapeuta infantil.
Puntos a recordar:
No te estreses demasiado si no está comiendo lo que tu consideras una dieta balanceada siempre y cuando esté en su talla y peso y esté activa y sana.
Si estás preocupado por la alimentación de tu hijo, consulta con su pediatra si lo que come es adecuado para su edad y confía en lo que el médico te diga.
Trata de ser muy paciente y evita ponerle atención a sus pobres hábitos alimenticios
Intenta darle de comer a solas por un tiempo, sin tanto estímulo, hasta que esté listo (a) para comer con los demás.
Observa a que hora tiene hambre y trata de organizar el horario para que coma a esa hora.
No le ofrezcas alimentos entre comida.
Trabaja en equipo con los otros adultos involucrados en la crianza de tu hijo (a) y eviten contra decirse frente a ellos.
Convierte la hora de la comida donde ellos participen y jueguen, recuerda que la mejor forma de acercarse a ellos es a través del juego. Evita los aparatos electrónicos a la hora de la comida.
Invita a tu hijo a participar a la hora de la elaboración de los alimentos para que se interese más en probarlos
Si el pediatra considera que sí hay un problema, consulta con un terapeuta infantil.
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